Cavilé por un largo tiempo
acerca de la deidad...
Me descubrí inmerso en ella.
Enloquecí.
Y a veces trataba de hablar con ella acerca de sí misma.
Después supe que todo aquello había sido descubierto por otros ya
Y que era el dios de Einstein.
Que era el dios de Spinoza.
Y que todo aquello se llamaba panteísmo.
"Joder" pensé y sonreí.
Me volví un niño en el juego de la vida...
Destapé una cerveza helada en la vieja Aridoamérica
Observe el símbolo oculto en su corcholata de lámina.
Era una especie de hostia que no tragaría.
Bebí un largo trago al sol
Y comulgué con ella como otra especie
de hombre religioso.
J. C. V. R. 13.
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